Desde 1992, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a la ludopatía como enfermedad, definida por la Asociación Estadounidense de Psiquiatras (APA por sus siglas en inglés) como una conducta de juego inadaptada y persistente que altera la vida personal, familiar y profesional de quienes la padecen. Sin embargo, desde entonces, la enfermedad de la adicción al juego no ha parado de crecer, ahora acrecentada por la modalidad on line.
Es otro tsunami. El juego ‘on line’ provoca que los ludópatas sean cada vez más jóvenes. A diferencia de las apuestas presenciales, en las que hay horarios, en esta modalidad se puede jugar las 24 horas. Los menores pueden acceder sin grandes problemas
Una denuncia reciente, entre tantas: La Asociación Malagueña de jugadores de Azar en Rehabilitación (Amalajer) estima que en esa provincia andaluza hay unos 15.000 ludópatas. Veinteañeros en su mayoría y enganchados al juego gracias a créditos fáciles, con deudas que llegan a 10.000 euros.
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Esta organización, que tiene unas 300 personas en tratamiento, señala el juego on line y la facilidad para conseguir préstamos rápidos como la combinación perfecta para esta pandemia entre chavales.
Antes, los atrapados por la ludopatía solían oscilar entre 45 y 55 años. Ahora el perfil predominante es el varón de 18 a 25. Hace más de dos décadas se jugaba en tragaperras, bingos y casinos. Desde entonces, se ha producido una sostenida y lenta caída de la edad de los ludópatas. Cada vez más jóvenes: “Llegan estudiantes y jóvenes de unos 20 años con deudas de 8.000 a 10.000 euros, montos importantes para personas conun salario de 800”, apunta el presidente de Amalajer, Francisco Abad.
Amalajer denuncia publicidad engañosa en las redes sociales que conecta bien con esta franja de edad y que muestra a veinteañeros que supuestamente viven como ricos solo con jugar un póker de vez en cuando.
“En el juego, para que alguien gane, se necesita muchos que pierdan. Y está disponible las 24 horas”, comenta. Basta con usar la documentación de una persona mayor. Una barrera más baja.
Amalajer denuncia la fácil concesión de créditos rápidos y con intereses abusivos. Los jóvenes ingresan en una maraña de problemas económicos y, a veces, judiciales por apropiación indebida o sustracciones en el ámbito laboral y familiar por las deudas de juego.
Sumado a los métodos coercitivos de cobro de las financieras. En España la relación de los ludópatas es 60% hombres y 40% mujeres. Los varones suelen pedir más ayuda para salir de la adicción. “Sobre la mujer pesa más el estigma social para dar el paso”, asegura Abad. Los adictos en tratamiento son 90% varones.
Pero la terapia (dos de rehabilitación y uno de seguimiento) no suele ser eficaz para todos, cuatro de cada cinco lo deja. “Hay mucho abandono”, pero los que completan el tratamiento sólo recae en un 3. “Ahora cuesta más tratarlos porque los jóvenes creen que controlan su relación con el juego y que pueden cortar en cualquier momento, pero no es así”, aclara.
Así como los ex alcohólicos no pueden beber, los jugadores que se rehabilitan tampoco pueden tener contacto con el juego. Una vez reencaminados, no deber ir a un bingo o casino, ni comprar lotería y ni tan siquiera adquirir una rifa benéfica.
Ocho de cada 10 jugadores argentinos nunca recibió advertencias
Más del 90% de los argentinos se considera “responsable” a la hora de jugar y apostar en línea y el 64% afirma que lo hace “por diversión”.
Los datos surgen de una encuesta de Playtech, compañía de desarrollo de software de juegos de azar, a través de la plataforma Toluna, entre 2.500 jugadores de Argentina, Brasil, Perú, Chile y Colombia.
Argentina lidera la desprotección de los jugadores. El 84% de los argentinos nunca recibió una advertencia sobre su nivel de juego y las posibles problemáticas que se desprendan de ello. Contrasta con Brasil donde el 52% de los encuestados dijo haber sido alertado sobre su comportamiento con el juego.
Las apuestas online y los juegos de azar virtuales ya generan en Argentina ingresos por 2.400 millones de dólares. El sector viene creciendo de forma sostenida y se potenció durante la pandemia de coronavirus. Tanto es así que Argentina lidera a nivel regional el “growth score” (tabla de crecimiento) que mide el uso de aplicaciones y juegos online con relación a la cantidad de usuarios y las descargas realizadas.
Entre los pocos argentinos que recibieron advertencias sobre su comportamiento en el juego online, el 21% dice haber cambiado y tomado un descanso de las apuestas. El 31% aseguró que, pese a la señal de alarma, no cambió su comportamiento. El 15% no está seguro, pero cree que recibir la advertencia ha tenido algún efecto, el 2% dejó de jugar inmediatamente y otro 2% consideró que las advertencias lo hicieron apostar aún más.
Más del 50% de los encuestados considera que “la industria debe mejorar” y que el Gobierno “debería adoptar directrices más claras” para reducir los riesgos relacionados al juego.
En cuanto a las preferencias sobre cómo recibir estos mensajes de protección mientras se apuesta la mayoría prefiere a través de correo electrónico (35%) o por mensajes emergentes en la página o app (32%) mientras que un 15% no le gustaría recibirlos en absoluto.
El 5% de los jugadores pueden desarrollar algún tipo de adicción o compulsión, según cifras mundiales.
En Argentina, siete de cada 100 personas sufren ludopatía (trastornos derivados del uso compulsivo y problemático del juego) de acuerdo con el estudio realizado por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires.
"Hay que desarrollar soluciones de juego más seguras, centradas en el bienestar del jugador individual y no genéricamente en toda la base de jugadores, ya que todos somos diferentes. Por otro lado, necesitamos educar tanto a los responsables políticos como a los colegas de la industria sobre el potencial de este enfoque", explica Francesco Rodano, director de Políticas de Playtech.
Los argentinos se consideran “jugadores responsables”. Más del 90% de los argentinos se considera “responsable” a la hora de jugar y apostar en línea y el 64% afirma que lo hace “por diversión”. En contrapartida, apenas el 1% de los consultados reconoce que el juego los está perjudicando.
“Es muy importante el uso de tecnología aplicada a la protección de los jugadores. Nuestro objetivo es identificar a quienes resulten potencialmente vulnerables a una adicción al juego. Cuanto más temprano se detecten esos casos, será más eficaz la intervención para ayudarlos”, alerta Rodano.
“A medida que la industria del juego crece, hay que prestar principal atención a las problemáticas que puede generar. Una mayor transparencia en torno a las apuestas es importante para la seguridad de los usuarios. Deben ser claras las políticas regulatorias de los estados en relación con el juego online y los jugadores deben estar al tanto de ellas”.
¿Sos jugador o ludópata? En México, estas señales
Se estima que hay 10 millones de mejicanos son jugadores , muchos de ellos compulsivos
En algún momento de nuestra vida, hemos tenido la curiosidad de ingresar al casino o casas de apuestas para divertirnos, o tentar a la suerte con las máquinas traga monedas, lo que no generaría mayor problema. Sin embargo, ser un jugador social es muy diferente a ser un adicto al juego, también conocido como ludópata.
De acuerdo con datos de organizaciones civiles, se estima que en México, hasta 2012 había 2 millones de jugadores, pero en 2022 ya había 10 millones activos.
Un dato importante: la pandemia por Covid-19 aumentó el número de juegos y jugadores de apuestas por internet. Además, con este acceso a los juegos, los participantes son cada vez más jóvenes en comparación con el perfil de jugador de hace una década.
Antes, los apostadores eran hombres de entre 40 y 45 años, ahora se trata de jóvenes de 25 a 35 años. Y también se identifica que de 10 jugadores, 7 son hombres y 3, mujeres.
Para identificar a un jugador de un ludópata debes tomar en cuenta las siguientes características señaladas por la organización Mayo Clinic.
-Un ludópata no tiene control de su conducta y no encuentra el límite para parar.
-No solo juega por conseguir dinero, tienen una verdadera dependencia al juego.
-El jugador social participa por convivir y juega en compañía, mientras que el 95 por ciento de los ludópatas lo hace solo.
-Los ludópatas tienen la necesidad de apostar cantidades cada vez mayores de dinero para sentir la misma emoción.
-Se sienten intranquilos o irritables cuando intentan dejar las apuestas.
-Apuestan para evadir los problemas o aliviar sentimientos de impotencia, culpa, ansiedad o depresión.
-Mienten a las familiares o a otras personas para ocultar la gravedad de la manera en que juegan compulsivamente.
-Ponen en riesgo o pierden relaciones importantes, un trabajo u oportunidades educativas o laborales debido al juego compulsivo.
-Piden a otras personas dinero para resolver apuros financieros porque perdieron apostando.
-Recurren a pequeños hurtos en casa para pagar apuestas.
-Tienen cambios radicales de personalidad. Por ejemplo, es habitual que una persona extrovertida, al entrar en la ludopatía se encierre más en su habitación.
-Tienen gastos en exceso de forma repentina.