Es todo muy extraño, familiar y tan bonito. Tantos años siguiendo de lejos al verdinegro y terminar en este domingo casi clonado del de aquella tarde épica de 1970, cuando les hicimos pito catalán al Lobo Mendocino.
Coincido con mi amigo periodista Juan Carlos Bataller: Cuesta seguir a este San Martín, encenderse y sentirlos como propios a estos muchachos que vaya a saber dónde nacieron y dónde estarán el año que viene. Así es el futbol 4.0 aquí y en el mundo.
Pero los colores de la infancia atrapan. Yo había puesto en pausa lo de alentarlo desde el cemento, oler a choripán y juntarme con mis hermanos de tonada.
Pero el ascenso a punto de caramelo me dio un ataque de nostalgias. Fui al placar y recordé que la camiseta de viejas glorias ahora es de mi hijo, negro de piel e hincha de San Martín. Soy afrocuyano, bromea. Quedaba colgado en la puerta el gorrito de la foto de ayer. De las épocas de los goles del Pomelo Marini.
Yendo desde mi Buenos Aires querido a La Docta, a sufrir y rezar por nuestro Santo, me sentía un pez nadando en otras aguas. Para mi sorpresa había algunos más.
Agradezco a la vida que estuve en los dos matchs para la historia. En aquella tarde de hace 54 años, olvidada por muchos, en que vacunamos al Gimnasia menduco con pepas del Gallego Pérez y el Pájaro Fornari, dos próceres sin plazas, ni calles ni estatuas. Una injusticia.
Y en este orgasmo futbolero, liquidado con los cocazos de González y de Fúnez, seguramente dos aves de paso por el club. Gracias pibes. esta tarde se quedará en el cofrecito del terruño.
-¿Vos no eras de Boca?, me pregunta un amigo porteño que sabe de mis procesiones a La Bombonera.
-Pero este es mi primer amor.
No importa cuanto tiempo haya faltado a la tribuna de Concepción. En esta finalísima, en la cancha de Belgrano de Córdoba, apenas llegado a mi sitio apareció a mis pies un celular perdido. Al rato, el pibe dueño grita si alguien lo vio.
-Ponele el PIN y te lo doy - le digo- la recompensa es una docena de semitas y un bidón de jugo Bonanno.
La tribuna se ríe, ya estoy como en casa, con los "neeeños".
Mi amigo Juan, viejo puyutano y cordobés por adopción ha ido conmigo a la final y dice que fue un "partido horrible". Andaaá, ustedes sigan participando. Qué lunes de primera, mamita.
¿Y hasta Córdoba te fuiste? me preguntan
Sí, claro. Contesto con esta canción bostera: "desde muy lejos te vengo a ver y me persigue la policía / no sé hasta cuándo me van a correr / no se dan cuenta que vos sos mi vida".
*Periodista verdinegro .