A jugar mi amor, medio siglo después

MIS HISTORIAS07 de diciembre de 2024Daniel Bosque*Daniel Bosque*
San Martin de San Juan 1970
Borrosas. La foto y la memoria en tiempos de revancha

Cincuenta y cuatro años después nos volvemos a ver las mismas camisetas de San Juan y Mendoza. Porque el futbol siempre da revancha, aunque la memoria viva entre lagunas.

Viajecito al siglo pasado: Después de su década brillante, que el futbol sanjuanino ganó tres veces la Copa Beccar Varela (donde se enfrentaban los seleccionados de las provincias), Valentín Suárez, interventor de los militares en la AFA,  inventó los campeonatos Metropolitano y Nacional.  El primero con los equipos del AMBA, en el primer semestre; el torneo federal en la segunda parte del año, con clubes porteños y del Interior que no ascendían, jugaban con los grandes y luego volvían a sus modestas vidas provincianas. Después vendrían las plazas fijas en Mendoza, Córdoba y Tucumán, por razones de público y dinero, etc.

En aquellos tiempos fue el duelo inolvidable, en 1970, de San Martín de San Juan y Gimnasia y Esgrima de Mendoza, enfrentados, al igual que este fin de semana, para ver quien jugaría con Boca, River y los otros grandes.

Hay poco de este match en la nube, mucho en la nebulosa de la memoria. Ese día, en el estadio de Concepción, los verdinegros sanjuaninos teníamos todo para perder frente a la orquesta del Lobo mendocino. Su estrella, Víctor Legrotaglie, era un exquisito armador, en aquel futbol sin tanta velocidad y pressing en el que se lucían mejor los pases de billar y la velocidad mental.

Hay poca info en Google de aquel inolvidable domingo de gloria. Dos ráfagas: La guerra previa entre las hinchadas, a naranjazos primero y pedradas después (increíble, había obras y quedaron las municiones a mano en la gran popular Este) 

Y el match caliente, a pierna fuerte, con los peores presagios para el local. Hasta que a los 65' entró J. J. Pérez, el "Gallego", un hijo de agricultores de Pocito, galgo con buena patada que la clavó a los 79'. En el festejo del gol se desmayó de la emoción porque no venía jugando. Delirio total pero faltaba algo, a los 82' Oscar Fornari, el "Pájaro", wing por la derecha, surgido en las canchas de cascote y piedra de Mediagua, liquidó el pleito.

partido

El Gallego después sería un temible artillero del Emelec de Ecuador y el Pájaro pasó a la historia por el gol a Bolivia en la selección fantasma de 1974 y el sanjuanino trotaclubes que amargó a más de uno. Pero los pibes y no tan pibes sólo recuerdan el sube y baja de San Martín desde el Nacional B en este siglo o aquel 6 a 1 al Boca de Bianchi.

Con aquel match que relaté, Mendoza quedó afuera y fuimos a un Nacional de cosecha magra. El DT José Suárez de visitante metía a todos atrás y de local procuraba no hacer papelones. Pero vimos en vivo a los ídolos de Buenos Aires en épocas en que los partidos se daban en diferido y blanco y negro.

"Aquellos jugadores eran de la provincia, ahora es difícil conocerlos y seguirlos, hoy sólo uno es sanjuanino", me dice el gran periodista Juan Carlos Bataller.

"Durante años fuimos el semillero del Interior, pero los pibes se iban a otros clubes antes de llegar a primera. Y venían en lote, y así se iban, jugadores de afuera", me contó una vez uno de los cracks de ese día con los mendocinos, el maestro del mediocampo Alberto "Tito" Paz, que alguna vez presidió el club.

Cuando San Martín, o el gran Sportivo Desamparados, lograban llegar al Nacional, los otros clubes les prestaban sus mejores jugadores. Hace medio siglo, en el futbol de sanjuanino de camisetas sin sponsors había sólo un puñado de players foráneos. Y los jugadores podían redondear un mejor ingreso con un empleo en el Banco San Juan o en el gobierno, por ejemplo. Un mundo del deporte semi amateur en el que no extrañaba que Vicente Chancay,  gran ídolo del ciclismo y campeón nacional, sirviera café en el despacho del gobernador. Y de paso amenizara a los visitantes con sus leyendas en el pedal.

El otro día volví a nuestro estadio y unos reflectores verdes enfocan la popu y parece una invasión marciana. Ojalá que el plato volador llegue a Primera. Los clubes que fuimos dejando en el camino dicen que la mano del Chiqui Tapia y los árbitros nos ayudan. Pero en esta revancha, 54 pirulos después, "los de afuera son de palo y adentro de la cancha somos 11 contra 11", dijo el crack uruguayo Obdulio Varela, antes del Maracanazo.
Que viva el futbol.

* Sanjuanino, verdinegro e hincha a la distancia.

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